Abriendo un espacio a mis emociones

agosto 2, 2017

Abriendo un espacio a mis emociones

¿Cuántas veces no hemos pensado: me gustaría dejar de sentirme así (triste, enojado, temeroso, angustiado, etc.)?

Por lo general tendemos a alejarnos de lo que sentimos o ponerlo en “stand-by” para que no interfiera con nuestra vida diaria y las responsabilidades que tenemos. Todo el mundo lo hace en algún momento y a veces lo necesitamos porque no podemos simplemente dejar de hacer cosas porque nos sentimos tristes o estamos muy enojados, la vida sigue y nosotros seguimos con ella.

El problema es que NUNCA nos permitamos estar en contacto con nuestras emociones y hay veces que lo llegamos a hacer inconscientemente a tal grado de que algunas personas empiezan a bloquear lo que sienten y parece que nunca sienten algo, sin embargo esto puede comenzar a afectar nuestro cuerpo ya que nunca sacamos lo que sentimos, nos bloqueamos y luego ya ni sabemos identificar qué es lo que estamos sintiendo. En esto es en lo que el yoga me ha ayudado muchísimo y les contaré por qué realmente el yoga sirve para contactar con tus emociones.

Algunas de las posturas en el yoga producen, en cada persona, ciertas emociones; puede ser desde miedo hasta felicidad. Lo que poco a poco he descubierto es que por medio de la observación en cada postura puedo conocer y sentir emociones distintas, y siempre he tenido dos opciones: bloquearme y creer que necesito salirme de esa postura para dejar de sentir (que creo que es algo que todos hacemos a primera instancia porque nos sentimos incómodos), pero también puedo calmarme, respirar, contar hasta cinco y dejar que esa emoción se apodere de mí por unos segundos pero siempre observándola y respirando hasta que poco a poco en lugar de que esa emoción me controle a mí, yo la controle a ella y por medio de mi respiración se vaya diluyendo en mi cuerpo y conforme eso sucede he podido experimentar que la sensación de angustia, por ejemplo, se va calmando de manera que se abre un espacio en el cuerpo para que pueda estar con la emoción pero sin que me perturbe.

Para mí eso es uno de los retos que nos propone el yoga, el estar en contacto con tu cuerpo y realmente sentirlo, desafiarte a ti mismo ya que sólo nosotros nos podemos llegar a conocer profundamente. Porque, si no somos nosotros, ¿quién podrá?

Me pasaba mucho que cuando estaba haciendo una extensión muy demandante (por ejemplo, un arco) sentía opresión en el pecho, ganas de llorar, ansiedad e impotencia, pero conforme hacia las posturas de preparación para el arco y finalmente me permitía estar y sentir la postura y abrir el pecho, soltando completamente, esa emoción se iba diluyendo, es decir, para mí es como si encontrara un espacio en mi cuerpo para soltarse de manera que de repente parece que ya se fue la angustia, se libera y tú también te sientes liberado.

A nivel físico puedes sentir que el músculo de aquella parte donde empiezas a sentir la emoción, está tenso, pero al irlo trabajando junto con el trabajo personal, se va suavizando hasta estar relajado. El chiste es irte conociendo y aprendiendo que tal vez cuando empiezas a sentir tensión en esa parte es porque estás preocupado, enojado o si te duele el pecho tal vez te sientes triste y con ganas de llorar pero en el momento no te dejaste sentir o intentaste olvidar.

La respiración es la herramienta dentro del yoga y, para mi también dentro de la vida, que te ayuda a llegar a la calma. Reconocer la emoción dentro de la postura en lugar de distanciarme de ella, que es lo que muchos hacen porque a nadie le gusta sentir tristeza o miedo y mucho menos ansiedad, pero es importante tener en mente que esto te va a ayudar a conocerte mejor. Respirar, observar, sentir y luego dejar ir.

Es importante tener en mente que no vas a saber inmediatamente que estás sintiendo enojo, por ejemplo, simplemente debes poner atención a lo que te dice tu cuerpo. Por ejemplo, a mí me pasaba que cuando estaba en shavasana empezaba a sentir ansiedad en todo el cuerpo, no me sentía tranquila y mi cuerpo quería moverse a fuerzas. Lo que fui haciendo era observar esa sensación y si lo sentía más en mis manos o en mis pies, y puede que acabes la postura y no te hayas podido relajar pero ya sabes que estás ansioso por algo.

Si yo ese dia no hubiera hecho mi sesion de yoga tal vez me hubiera dado por comer de más, gritar o ponerme de malas por algo insignificante, canalizando esa ansiedad hacia algo externo en lugar de ver hacia adentro, pero gracias a que hice esa postura y me permití sentir a fondo esa emoción, pude identificar y estar atenta el resto del día, reflexionando para no descargar todo en alguien o algo externo.

Lo que está haciendo el yoga es un vínculo. La postura con la que estés trabajando te va a vincular con lo que está pasando dentro de ti y así lo puedas trabajar. Yo lo veo como un camino que abre el yoga y con cada postura se abren caminos distintos dentro de ti; y no se trata de soltar a fuerzas, porque es algo que se va aprendiendo y practicando, pero como dicen los budistas: no rechazar, no juzgar, no engancharte, no perseguir nada. Si surge y sientes algo que bueno pero si eso no pasa tampoco te agobies.

El punto es contactar contigo mismo.

Te invitamos a nuestro Taller de Yoga y Manejo de Emociones, este sábado 19 de agosto de 10:00 a 14:00hrs.

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